¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

jueves, 1 de diciembre de 2011

Prólogo

-¡Por tus muertos, corre!
Los dos jóvenes se encaminaron por las calles de la ciudad, a medianoche, corriendo como alma que lleva el diablo, hacia un lugar seguro. Uno de ellos, la chica, llevaba escondida la llave maestra en su puño, húmedo por el sudor del esfuerzo y del miedo. Pero ellos no son los únicos que la quieren.
Tres hombres vestidos de negro les perseguían. Y por poco les alcanzan, pero los jóvenes estaban bien entrenados para ocasiones como esa.
El chico encontró una tienda con sólo un candado, perfecto para esconderse.
Alargó la mano, cogió el candado cerrado, y con un poco de esfuerzo con la mente, consiguió abrirlo. El objeto cayó al suelo con un pequeño estruendo. El joven abrió la puerta con rapidez, dejando pasar primero a su compañera, y entró después de ella. Sus respiraciones estaban agitadas por la carrera, y para empeorarlo, la tienda estaba completamente a oscuras. Pero olía a dulce.
-¿Dónde estamos? –preguntó ella.
-Parece… parece que estamos en una tienda de golosinas. Da igual –se giró hacia ella-. Venga, date prisa, teletraspórtanos a casa.
La chica asintió en la oscuridad, y abrió su puño. Las llaves brillaban con lucidez, dejándose ver entre la penumbra, creando sombras en las caras de ambos. Los ojos negros de él absorbieron los colores que desprendían, creando un efecto especial en ellos. Volvió a cerrar la mano, y la joven, antes de teletransportarse, abrió la caja de plástico de las llaves de golosina, dejando escapar algunas, rellenas completamente de azúcar, se las guardó en los bolsillos y tendió su mano hacia la de él, que la miraba con extrañeza, poniendo los ojos en blanco.
-¿En un momento como este y te pones a coger golosinas?
-Es que me entró el hambre…
El chico suspiró, ambos se cogieron las manos, y desaparecieron de la tienda.
Lo que no sabían era que las llaves especiales habían resbalado de la mano de la chica, quedándose encerrada en el cubículo de las golosinas…