¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

domingo, 29 de mayo de 2011

Capítulo 88 (E)

Después del viaje hasta casa, Damen se encontró con una gran sorpresa…
Todos los Dominios estaban tan felices en un bar extraño al que Damen frecuentaba ahora, como si no hubiera pasado nada… Incluso Penny no se lo creía.
Lo mejor de todo fue, que en medio de los ángeles, había uno en especial…
-¡¡¡¡Jack!!!! –gritó Damen sonriente.
Éste se volvió con una copa en la mano, y sonrió. La alzó a modo de saludo.
-Hey.
Damen se lanzó hacia él, despeinándole por completo el pelo con la mano. Jack se quejó.
-¡Ay! ¿Pero qué haces? ¡No sé qué os pasa a todos últimamente, pero vamos, que no es normal!
Damen ignoró su comentario, y sonrió ampliamente. Yo también corrí hacia él, abrazándole.
-¡Jack! –sollocé.
Jack también me abrazó, pero extrañado.
-No sé qué porras os pasa, pero bueno, supongo que…
Damen y yo nos miramos confusos, pero entonces entendimos.
Al acabar con Keiran en el pasado, nada de lo que hizo él en el futuro llegó a ocurrir.
Después de todo esto, ya que nadie recordaba nada, excepto nosotros y Penny, nos fuimos a casa, increíblemente contentos.
Por la noche, Kira, con Yin Yang en brazos, nos pidió expresamente hablar con nosotros.
Sentados en el sofá, Kira se nos acercó con los brazos cruzados detrás de la espalda, con una enorme sonrisa en la cara.
-¿Qué pasa, Kira? –preguntó Damen.
-Hum. ¡Tengo una sorpresa!
-¿Y cuál es? –pregunté con dulzura. Yin Yang maulló, y le acaricié la cabeza. Se ve que Penny se había encargado de él mientras estábamos fuera.
Sacó las manos de detrás de la espalda con los puños cerrados. Los alzó delante de nosotros, y con las muñecas hacia arriba, los abrió. En cada uno, había un collar con un colgante en forma de esfera brillante. Nos tendió uno a cada uno. Los cogimos y los miramos.
-¿Y esto?
-Quiero que ambos seáis mis amos. Así podré ayudaros cuando deseéis, y yo os ayudaré encantada. Anulé mi lazo con mi antiguo amo, que me trataba muy mal, y quiero que vosotros os quedéis conmigo.
Damen y yo nos miramos un poco preocupados, pero parecía que para ella era algo fantástico. Asentí.
-No hay problema, Kira. Seremos tus… esto…
-Amos –completó ella por mí, con una sonrisa-. Si os los colocáis, empezaréis a serlo. Podréis convocarme llamándome por mi nombre, y yo simplemente saldré de los collares y os ayudaré. Así que ya no me hace falta dormir en el cuarto; dormiré en los colgantes.
Ambos nos colocamos los colgantes, y Kira bostezó.
-Hum… puedes… irte a dormir cuando quieras, Kira –dijo Damen.
-Gracias, Damen –dijo, cerró los ojos, y empezó a desvanecerse, convirtiéndose en una especie de espíritu que entró en el colgante de éste. Le miré.
-Vaya, ¿ves? Te dije que no te arrepentirías de tenerla con nosotros.
Puso los ojos en blanco, pero sonrió también.
-Lo que tú digas, mi vida.