¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

sábado, 27 de marzo de 2010

Capítulo 27 (E)

*Oh, perdonad, esta cabeza mía... ^^ Si no fuera por Nina-rcc (te lo agradezco mucho ^^) no me habría dado cuenta. Ahora el vampire's black heart, como ya lo dejé claro allí, voy a poner la otra historia en el mismo blog, así que cambié el nombre. Ahora se llama así:
http://the-dreams-giver.blogspot.com/
¡Muchas gracias, y lo siento! :D

Después de que Susan me dejara otra vez sola en la habitación de Damen, éste y cuatro chicos más entraron. Ya no llevaba las gafas. Me los quedé mirando. Me parece que ya sé dónde se esconden los chicos guapos. Todos tenían... cara de ángel, ni más ni menos. Me quedé embobada.
-Elisa, estos son Andrew, Jonathan, Cecil -éste último lo dijo entre dientes-, y por supuesto, Jack.
-Todavía me recuerdas, ¿verdad? -preguntó mientras me tendía la mano, la tomé y me besó los nudillos en una reverencia antes de volver a soltarla.
-Por supuesto que sí -respondí algo aturdida.
-Bien, yo soy Jonathan, otro ángel como Damen y Jack, pero puedes llamarme Jonan -dijo el chico rubio de unos ojos verdes como la propia naturaleza-. Es un placer conocerte por fin, Elisa, aunque haya sido en estas circunstancias tan difíciles. Realmente espero que te pongas bien, aunque tu aspecto es inmejorable.
Me quedé sin palabras, y Jonathan sonrió por ello. Sin duda una sonrisa que te dejaba sin aliento. ¿Cómo podía haber chicos tan maravillosos como estos? ¿Y por qué justo me tuvo que tocar el más bastardo de todos?
Uno de pelo castaño claro con ojos marrones adelantó un paso.
-Bien, yo soy Andrew, y no soy exactamente un ángel.
-¿Qué? -pregunté confundida.
-Verás, aquí todos lo somos, pero no todos trabajan de eso.
Miré a Damen, que asintió.
-Sí, es verdad. Incluso se podría decir... que yo no lo soy en realidad.
-¿Cómo?
Bufó.
-Nunca creí que debería estar aquí, en el cielo -dijo casi como apenado.
-¡¿Cómo que no?! Vale que no eres el chico más dulce y encantador del mundo, ¡pero tampoco es para no entrar en el cielo! ¡¿Por qué crees eso?! -pregunté medio gritando.
-Porque es un enorme pecado estar tan bueno como yo -me soltó.
Los chicos rieron, aunque yo puse los ojos en blanco.
-Me reitero en lo dicho. Andrew, por favor, explícame.
-Bien, yo soy un ángel "DemonHunter" -me dijo-. Un cazador de demonios. Suele ser bastante útil, y muy divertido, aunque apenas puedo salir de Arglis, pero supongo que no pasa nada. Cualquiera daría su vida por hacer una visita a este maravilloso lugar. Un sueño hecho realidad, supongo.
-Bueno, y falto yo -dijo, si no me equivoco, Cecil, un chico de pelo negro como el azabache y de ojos negros-. Yo tampoco soy lo que se dice un verdadero ángel. Yo soy un ángel "DreamHunter".
-¿Cazador de sueños?
-Sí. Cuido los sueños de la gente que lo necesita.
Me quedé maravillada. ¿Quién lo hubiera dicho?
-Bueno, venga, largaos, que tiene que dormir -dijo de repente Damen.
Cecil le miró.
-Vaya, Damen, ¿desde cuando te preocupas por una chica? ¡Oh, ya sé, desde que K...!
Jack le tapó la boca con la mano, y Damen casi le propina un puñetazo en la cara, pero se contuvo. Carraspeó.
-Qué duermas bien, Elisa -me dijo.
Todos fueron saliendo, e iba a cerrar la puerta cuando dijo:
-Como hagas solamente una estupidez de las tuyas... de verdad que estás muerta.
Asentí con cuidado. Cerró la puerta. Chasqueé la lengua, me levanté de la cama y fui hacia la ventana. Ya era de día. La abrí y saqué la cabeza fuera, y lo que vi me iluminó la vista.
Era una ciudad realmente fantástica. Se parecía a la ciudad de Nueva York, por lo que vi en el Discovery Channel, pero casi todos los edificios eran como cristal, o diamantes. Los rayos del sol se reflejaban en los edificios, creando arcoiris por todas partes, y la gente... Los padres paseaban con sus hijos, pero al fijarme mejor vi que los niños tenían alas esponjosas en los omóplatos. Y algunos adultos también. Los ancianos también paseaban tranquilamente por la ciudad, entrando y saliendo de las tiendas, pero lo que más me llamaron la atención... fue un gran edificio totalmente de cristal en el centro de la ciudad, con muchas plantas, dónde podía acariciar las nubes. Y por último una torre, algo más pequeña, pero también de altura considerable, en el que ambos estaban protegidos por guardias. ¡Allí debía de estar mi familia! ¡No sabía si era intuición o algo, pero sabía que estaban ahí!
Me puse los tenis y la chaqueta y salí por la ventana, bajando gracias a una hilera que había al lado. Damen me mata, pero mi familia primero. ¡Y seguramente dentro de poco recuperaría mi memoria! ¡Estaba segura!