¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

domingo, 16 de enero de 2011

Capítulo 71 (K)---(E)

(K)Yo apenas entendía nada. Había visto a Damen llorar. A Damen, y eso era algo traumático. Increíble, quizá.
Al llegar a una casa, éste petó en la puerta. Nos abrió la anciana del otro día. La tal Adalia. Al vernos todos juntos se sorprendió un poco, pero parecía que sabía por qué estábamos allí, a diferencia de mí, claro.
Entramos, y en el salón, Damen le soltó:
-¡Tú lo sabías! ¡Por eso fue en realidad por lo que viniste el otro día, porque me lo querías decir, pero no lo hiciste! ¡¿Por qué coño no lo hiciste?!
-¡Damen, tranquilízate! –le dijo Elisa poniendo una mano en su brazo.
Éste se relajó un poco, pero seguía fulminando con la mirada a Adalia, que tenía los hombros hundidos.
-Sí, es verdad. Lo vi en la baraja de cartas, pero Damen, es mejor que lo hubieras descubierto tú ahora que te lo hubiera dicho hace tiempo.
-¡¡Adalia!! –gritó él, y la chica llamada Penny dio un respingo.
-Tranquilo. Y sé por qué has venido. Puedo ayudarte.
-Y cómo…
-Escucha. Ese engendro vive aquí desde hace siglos. Si, por un casual, pudieras acabar con él en el pasado, entonces nada de esto habrá ocurrido.
Por intuición, Damen abrazó a Elisa.
-No me refiero a que nunca hubieras conocido a Elisa. Me refiero a los asesinatos.
-¿Pretendes que vaya al pasado? ¡¿Y cómo quieres que haga eso?! Sé que soy perfecto, pero algo así… -la voz se le fue apagando a medida que hablaba. Ya ni se esforzaba por parecer sarcástico.
-¿Sabes quién es la hija de Lucifer, Damen? El único ángel-demonio que es más rápida que el tiempo.
-Hum. Sí, la conozco. Bueno, oí, claro, hablar de ella.
-Puede llevarte, y al cabo de unos días, traerte.
-Ya… pero está ingresada en el internado ese… Moonlight, ¿no? ¿Y dónde porras sé yo dónde está eso?
-Yo lo sé –dijo Penny.
Todos la miramos.
-¿En serio? –asintió.
-Antes de ser un ángel Dominio, era un ángel normal y corriente. Me obligaron a asistir. Creo que mi amiga Vicky todavía sigue allí.
-Perfecto. Tú me llevarás.
-Nos llevará –corrigió Elisa cruzándose de brazos.
Damen la miró.
-No. Tú te vas a quedar aquí.
-Damen, voy a ir contigo quieras o no.
-Te ataré a una silla y me sentaré encima si hace falta hasta que se te vaya esa estúpida idea de la cabeza.
-Me da igual lo que digas. Yo voy contigo.
-Te he dicho que no.
-¡Sí!
-¡No!
-¡Damen!
-¡Que no! ¡¿Y si te llega a pasar algo?! ¡No! No lo soportaría. Perdí a Jack. Si te perdiera a ti también ya… yo no podría… Mi vida no tendría ningún sentido. Así que por favor, Elisa.
-¡¿Y crees que a mí no me pasa lo mismo?! ¿Qué haría yo si a ti te pasara algo? ¡Quiero hacer todo lo posible también para salvar a Jack!
-Te he dicho que no, y es que no. Fin de la historia.
Odiaba ver cómo los mayores discutían. Así que me tapé los oídos. Elisa me vio y se acercó a mí.
-¿Kira, estás bien?
-Quiero que dejéis de discutir… -sollocé.
Ambos apretaron los labios mientras se miraban, y Elisa me cogió en brazos. Adalia suspiró, y Penny me miraba.
-Venga, hay mucho que hacer –dijo la anciana-. Será mejor que os vayáis ya.
Todos asentimos.
Volvimos a casa en el elegante coche de Damen.

(E)Al entrar en el piso, dejamos a Penny y a Kira en el salón, y me fui a la habitación con Damen. Éste empezó a buscar por todos los cajones sus armas. Se quitó la ropa que llevaba y se puso un traje negro de pantalones y chaqueta de cuero negro, y la blusa. Luego, en los bolsillos, todas las armas que pudo llevar escondidas dentro.
Vale, debía de reconocer que estaba increíblemente sexy con eso puesto, pero me preocupaba muchísimo que le pasara algo.
-Damen, no estoy segura… Déjame ir contigo…
-Te he dicho que no –replicó sin mirarme siquiera.
-¡¿Y si te pasa algo?! No lo soportaría…
Dejó de intentar meter una pistola plateada en un bolsillo, tirándola encima de la cama, y me miró. Se acercó y cogió mi rostro entre sus manos.
-Amor, te prometo que no me pasará nada. Pero tengo que intentarlo al menos.
-Pero yo puedo ayudarte…
Me calló con un beso. Luego apoyó su frente en la mía.
-Por favor, déjalo estar. Venga, cuánto antes me vaya, antes estaré aquí.
Me besó otra vez, cogió la pistola plateada y salimos de la habitación. Se la guardó, e indicó a Penny que se levantara.
-Al menos déjame ir hasta allí contigo…
Me miró ya en la puerta. Apretó los labios. Intenté poner ojos tiernos.
-Por favor…
Suspiró con hastío y asintió.
-Pero sólo hasta el internado. Sólo hasta ahí.
Asentí con una sonrisa, le cogí la mano a Kira y nos fuimos los cuatro hacia el coche. Ya dentro, pregunté:
-¿Por qué sencillamente no creas un Portal y listo?
-Porque no sé ni cómo es el sitio, ni cómo se llama, ni dónde está. ¿Cómo pretendes que viajemos a un lugar que no sé dónde se encuentra? Aunque… -miró a Penny.
Ésta apretó los labios.
-¿Sí, señor?
-¿Tú sabes hacer Portales?
-Por supuesto.
-Entonces llévanos hasta allí. Tú sabes cómo es el lugar, así que eres la única que puede llevarnos.
Penny asintió, y de repente apareció un Portal prácticamente en frente del capó del coche. Damen sonrió débilmente, arrancó el coche en dirección opuesta, hacia atrás, frenó, y pisó el acelerador a fondo. Entonces entramos.