¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

lunes, 3 de enero de 2011

Capítulo 69 (E)

Cuando llegué a casa después de subir el ascensor, abrí la puerta, la cerré detrás de mí y fui al salón, dónde me encontré a Kira sentada en el sofá, con mi portátil en las rodillas, y a Yin Yang al lado, durmiendo. Ni siquiera me miró cuando entré.
-¿Kira?
Alzó la mirada, y al reparar en mí sonrió.
-Hola –y volvió a ver el ordenador.
Me acerqué a ella.
-¿Qué estás viendo que te tiene tan enfrascada?
-Una serie de dibujos que se llama Vampire Knight –dijo sin mirarme.
-Ah, qué bien.
Le revolví el pelo con cariño, acaricié la cabeza de Yin Yang y me dirigí a mi habitación, dónde me encontré a Damen sentado a los pies de la cama, con los codos apoyados en las rodillas y la cara tapada por las manos.
Me asusté al verlo así, así que dejé la mochila en el suelo y me senté a su lado.
-Damen…
Retiró las manos de la cara y me miró.
-Elisa… -suspiró.
-¿Qué te pasa? Me estás asustando.
-Tú… tú sabes que te quiero, ¿verdad?
Fruncí el ceño, y asentí extrañada.
-Claro que sí. ¿Pero por qué me lo dices ahora?
-¿Tienes pensado…dejarme en un futuro?
Parpadeé sorprendida.
-¿Qué? ¿Dejarte? ¿Por qué iba a…?
-¿O estás con otro?
La verdad es que eso me cabreó un poco. Me crucé de brazos y le miré con expresión seria.
-¿Tú estás tonto?
Se irguió, mirándome anonadado.
-¿Cómo?
-Te pregunto si estás tonto. Damen, ¿de dónde has sacado eso?
Suspiró, y miró al suelo, completamente destrozado. ¿Qué había pasado?
-Dime qué te ocurre, por favor.
-Hum… -me miró, y debió de ver algo en mis ojos, ya que alzó ligeramente las cejas y sonrió débilmente-. Nada. Tienes razón, esto es una estupidez. No…
-Un momento. ¿Estás celoso? –Desvió la mirada hacia la pared, apretando los labios-. ¡Estás celoso! –sonreí, aunque no sabía de qué.
-No. Yo nunca me pongo celoso. ¡No seas ridícula! Yo, celoso. Qué cosas… tienes…
Volvió a suspirar. Puse mis manos en sus mejillas y le obligué a mirarme.
-Tú eres el único en el mundo del que estoy locamente enamorada. Así que no hace falta que te pongas así. Nunca voy a abandonarte. Prometí que estaría a tu lado durante toda la eternidad por mi propia voluntad –él cerró los ojos, como si estuviera disfrutando del contacto de mi mano en la mejilla, y sonrió. Junté nuestras frentes-. Y te quiero.
Abrió los ojos, me rodeó la cintura con los brazos y cayó hacia atrás, dejándome sobre su pecho. Me miraba con tanto amor que no pude evitar ruborizarme.
-Mi amor, mi cielo, tú eres la llave que puede abrir mi corazón…
Sonreí.
-Damen, estás delirando.
-No… Bueno, puede que un poquito, pero después de que me dijeras que me quieres…
Me besó la cara y el cuello mientras empezaba a desabrochar los primeros botones de mi blusa, pero un pequeño carraspeo nos frenó a ambos. Miramos hacia la puerta, dónde Kira nos miraba con los brazos cruzados.
-Que hay una niña delante… -bostezó-. Elisa… es que tengo sueño…
Me levanté y salí de la cama.
-¡Nooo! ¡Esto se supone que iba a ser una media reconciliación romántica! –replicó Damen mientras se incorporaba-. ¡Un perro! ¡Debimos cuidar de un perro, en vez de esta niña! ¡Así al menos se comería al gato y no nos molestaría en estos momentos tan importantes!
Kira le miró interrogante, pero yo sonreí, le cogí de la manita y la llevé a su habitación.
Cuando la acosté en la cama, dónde en la habitación ya estaban todos los muebles y juguetes, la tapé con las mantas.
-¿Cenaste?
-Sí. ¡Ya sé preparármelo yo sola! Me costó, pero no fue difícil.
Sonreí ampliamente, y por un impulso le di un beso en la frente.
-Buenas noches.
Kira parpadeó un poco sorprendida, pero luego sonrió también.
-Buenas noches. Hum… Elisa, debo decirte algo… Por la mañana vino una tal Adalia, y Damen estaba así antes porque le dijo que había visto no sé qué de tu futuro en el que estabas besando a otro que no era Damen.
Abrí la boca para decir algo, pero es que me había dejado sin habla, ya que me lo había soltado así, de repente.
Asentí despacio y le acaricié la frente.
-Gracias por decírmelo.
Kira asintió y cerró los ojos.
Fui hacia la puerta, y la cerré, apagando la luz antes de salir. En el salón me encontré a Damen con los brazos cruzados. Al verme, sonrió.
-¿Ya se durmió?
-Sí –suspiré-. Damen, ¿hay algo que no me hayas contado? ¿Sobre una visita de Adalia, quizá?
Dejó de sonreír, y me miró de hito en hito. Suspiró.
-Sí. Pero veo que Kira te lo acaba de contar –asentí, y me crucé de brazos-. Tenía miedo, nada más. ¿Y que sabía si me estabas…?
-Damen, por favor, ya te dije…
-Lo sé, pero en ese momento… Creí lo peor.
Se acercó a mí, y me abrazó mientras besaba mi pelo. Apoyé la cabeza en su pecho, dónde podía escuchar sus latidos frenéticos, acompasados con los míos. Me separé, y le miré.
-Y es verdad. Estoy celoso de lo que pudiera pasar, y menos mal que no pasó. Porque quiero que tus suspiros sean sólo para mí –retrocedí un paso, y él avanzó otro-. Quiero ser el único que bese tus labios –retrocedí otro, y él lo mismo-. Quiero ser el que te hace temblar las piernas como ahora cuando estoy odiosamente cerca –y otro, hasta que choqué contra la pared, y Damen me acorraló con su cuerpo. Se inclinó ligeramente, y me susurró al oído mientras cogía mi mano y la colocaba en su pecho-. Y quiero ser el único en el mundo que pueda aliviar los fuertes latidos de tu corazón que yo mismo provoco…
El corazón se me disparó otra vez, con más fuerza.
Mientras nos besábamos, no pude evitar el pensar en que pude olvidarlo durante un tiempo…
Devon no había podido con sus recuerdos, sin embargo con los míos sí, porque mi mente era más débil que la de Damen, y me dolía pensar en que, si no hubiera recordado, ahora no lo tendría a mi lado…

** ¡Feliz año nuevo! ^-^