¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

miércoles, 7 de julio de 2010

Capítulo 10

Cuando estuvimos lo bastante lejos de aquel horrible lugar, me senté bien y me volví un poco hacia él.
-¡¿Pero tú eres imbécil?! ¡¿No podías haberme avisado?!
-Eres una mala actriz. Se hubieran dado cuenta de que no iba a darte.
-Y… ¿y se puede saber… por qué… no… bueno, ya sabes?
-Obvio. Sin esposa no hay trono. Ya te lo dije hace dos horas, cuando estábamos felices y discutiendo encima de la colina.
-Ya sabía yo…
-¿Qué esperabas?
-¿Pero no puedes elegir a otra pretendiente que esté dispuesta a casarse contigo? ¿Por qué yo? ¿Qué tengo yo de bueno que no tengan las demás?
-No lo sé. Creí que me lo dirías tú.
Apreté los labios, me crucé de brazos y fruncí el ceño. Le di la espalda, mirando al frente.
-Eh, venga, no te enfades. No fui yo quién te eligió. Fueron mis padres. Y justo tuvieron que elegir a la más testaruda y a la única mujer que no quiere ni verme en pintura. Con lo bien que salgo siempre… Niña, que sepas que pagarían toda su fortuna todas las mujeres de este lugar sólo para darme un inocente beso.
-Me alegro por ti. Lo único que me faltaba. Querer pagar para subir tu enorme ego. No, gracias.
-No soy un egocéntrico.
-¿Qué no? Mira, si tuvieras un hijo, ¿cómo lo llamarías?
-Bien, exceptuando que me repugnan los niños, Ralph.
-¿Si fuera una niña?
-Ralphina.
-¿De qué color pintarías su habitación?
-Azul, como mis preciosos ojos.
-¿Lo ves? ¡Eres un maldito egocéntrico! Dime algo para que te odie menos. Si te encontraras un gato muy, muy enfermo, pero que fuera un bebé, por la calle, ¿qué harías?
-Está claro. Darle una patada. Esa cosa no se me acercaría ni en broma. ¿Y si me contagia algo malo?
-¿Y un perrito?
-Lo mismo, pero el doble de fuerte. Esos bichos tienen pulgas. Es asqueroso.
Puse los ojos en blanco, y me callé. Ya no me apetecía escuchar más estupideces.