¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

lunes, 25 de enero de 2010

Capítulo 13 (E)

*Siento molestaros, pero primero quería recomendaros dos blogs que me parecen muy buenos:
http://historia-inolvidable.blogspot.com/ Jae es una gran escritora, y me gustaría que más personas la leyesen. Os lo agradecería personalmente, y Jae seguro que también ^^
http://criticarfacil.blogspot.com/ Bueno, yo diría que Andi se plantea los fallos de los famosos... principalmente empezando por los famosos hermanos Jonas Brothers. Espero que las fans no os enfadéis, pero por supuesto criticará a todo el mundo u.u
Eso es todo. Os dejo leyendo:

Me quedé mirándole fijamente.
-Damen, tú... tú eres el... ¿cómo es que estás sangrando...?
-Ya te lo dije. Ayer vi la película de Superman, y quise emularle. Pero no salió como esperaba.
Suspiré con hastío. Él puso los ojos en blanco.
-¿Qué? Sí, vale, el bicho ése era yo. Pero creo que eso ya lo habías deducido, ¿no?
-¿Qué... qué eran esos bichos? -pregunté confusa-. ¿Y por qué te perseguían? ¿Y... por qué te conviertes en un dragón? ¿Y...?
-Oye, oye, las preguntas una por una. -Suspiró con cansancio, y me fijé que tenía sombras bajo los ojos-. Esos bichos eran seres de mi tierra, y principalmente venían a por ti. Pero los intercepté, maté a uno de ellos y luego empezaron a perseguirme mientras sobrevolábamos la ciudad. De todos modos ningún humano puede vernos, así que eso no me preocupaba. Luego los despisté y vine hacia aquí, para asegurarme de que ningún bicho de ésos no te hubiera hecho algo. Pero estaba muy cansado y sangrando, por lo que me puse a descansar en el césped, cuando viniste hacia mí. Después de todo acabé con ellos.
-¿Me... me protegiste?
-Sí, pero no te hagas ilusiones. Sólo te protejo porque estoy obligado a hacerlo. Nada más.
-Tranquilo, no me las hacía.
-Y en cuánto lo de por qué me convierto en un dragón -dijo, ignorando mi frase- ya te lo dije. Es un castigo.
-Oh, es verdad. Emmm... ¿no crees que deberías hacer algo con...? -señalé su brazo.
Se encogió de hombros.
-Puede.
-¡¿Puede?! ¡¿Es lo único que se te ocurre?!
-¿Qué más da? Aquí no puedo hacer nada, y si vuelvo a mi ciudad, Jenny, Andrew y Jack me cortarán la cabeza. Así que...
-Así que nada. Si quieres...
Pero fui interrumpida por unos suaves golpes en la puerta. Mis padres aparecieron por ella, estando detrás de Damen. Él se volvió hacia ellos, pero no se dieron cuenta de su presencia.
-Oh, vaya, Elisa, -dijo mi madre- no sabíamos que estabas despierta. Mira... te levantamos el castigo, pero porque sabemos que tienes pánico a las agujas. Incluso... tus amigas han llamado. Quieren que os encontréis esta tarde en la fuente de la plaza. Recuerdas, ¿no? -asentí-. Bien, quieren ayudarte a recordar, cariño. -Vaciló-. Bueno, hasta luego.
Era increíble que no se diera cuenta de que mi habitación estaba recubierta de sangre y que tenía delante de sus narices a un ángel que se convertía en un dragón las noches de luna y desangrándose.
-Vale, gracias -dije.
Me sonrieron y cerró la puerta. Pero Tommy volvió a abrirla despacio, la cerró y luego se volvió hacia Damen con expresión horrorizada.
-¡¡¡Aaaaahhhhhh!!! -gritó.
Mamá apareció corriendo por la puerta.
-¡¡¿¿Qué pasa??!! ¡¡¿¿Ocurre algo malo??!! -preguntó asustada.
-N... no, no -susurró Tommy-. Emmm... es que... me... me di un golpe en la mano contra la mesita de noche al pasar. Perdona.
Menuda rapidez mental.
-Oh, bueno, no me asustéis así, ¿vale?
Y se fue, cerrando la puerta. Tommy se volvió lentamente hacia Damen, que se había sentado en la cama y sonreía.
-¿Qué? ¿Eres débil o no eres débil? -dijo, como siempre, burlón, aún a pesar de que estaba herido.
Pero la sonrisa se le borró del rostro al momento, sustituyéndolo con una mueca de dolor.
-¡Damen! -exclamé, sentándome a su lado y sosteniéndole el brazo-. Vale, se acabó. Tommy, tráeme un botiquín de primeros auxilios o algo parecido. Es importante.
Tommy asintió con energía y se fue hacia el baño. Desde que me había despertado, había intuido que los niños, cuando se les da una "misión" importante, se emocionan. Me di cuenta de que Damen me miraba fijamente.
-¿Qué? -le pregunté, sin poder evitarlo, sonrojada por su atención.
-No, nada. Me preguntaba... si te trato tan mal, ¿por qué me ayudas?
-Bueno, tú me ayudaste a mí cuando ni siquiera sabía que estaba en peligro, así que... Ah, es verdad. ¿Por qué esos bichos venían hacia mí?
-Si te digo la verdad, no lo sé. De todos modos, no sería muy importante. Sólo eres una simple humana.
-Vaya, gracias hombre.
Tommy apareció con ese botiquín, y ambos empezamos a jugar a los médicos.