¡¡Cazadores de Sombras: Ciudad de ángeles caídos!! *¬*

jueves, 19 de agosto de 2010

Capítulo 32 (D)---(E)

Antes de que se marchase, Elisa me besó en la mejilla. Parece una tontería, pero cuando sentí sus labios cálidos en mi piel, un escalofrío me recorrió la espalda. Entonces me derrumbé.
Cuando se iba a marchar al Portal, a su casa, en ese mismo momento pensé que podría con ello. Podría resistir que se fuera. Pero ese beso lo estropeó todo. Ahora sabía que ya no podría con ello.
Sinceramente me demoré entre seguirla o no. Al final me decidí que no. Elisa merecía tener una vida, una vida normal. Sin que yo interfiriera para nada. Seguiría buscando el paradero de Kate, y así podría distraerme.
Kate… Un dolor agudo me inundó el pecho. No recordaba cuánto la echaba de menos. Sus besos, sus abrazos… Incluso juraría que tenía dos nombres en realidad, pero mi memoria estaba medio borrosa. Me fui rápidamente de allí, antes de hacer algo que me avergonzara más tarde. Bajé en el ascensor y me fui a dar un paseo por la ciudad.

(E) Caí sobre el césped. Pero esta vez me dolió mucho porque caí encima del estómago. Pero lo ignoré. Entré dentro de la casa. No se escuchaba nada. ¿Me habría engañado Devon?
Entonces comprendí que todavía era muy temprano. Miré el reloj de la cocina: las 7.30. Claro.
Subí sin hacer ruido las escaleras y fui primero a la habitación de mis padres. Dormían. Suspiré aliviada, pero luego fui hacia la habitación de Tommy. También dormía. Entonces sonreí. Por fin estaba en casa, pero seguía sin recordar nada…
Pero me daba la impresión de que se me olvidaba algo…
Y caí en la cuenta.
¡Susan! ¡Me había olvidado de ella!
Cogí mi móvil mientras iba hacia mi habitación, y la llamé. Me cogió en diez segundos justos:
-¿Díííí… game?
-¿Susan?
-¡Elisa! Vaya, ¿dónde estás?
-En casa. ¿Y… y tú?
-¡También! Verás, Brad me acompañó hacia el lugar ese raro… Bueno, una puerta o algo así.
-Portal…
-Eso. ¡Y dijo que ya no tendría que protegerme más! Que había más personas…
-Qué raro. Eso es exactamente lo que le dijo Devon a Damen…
-Sí, bueno, y estoy en casa. Y tu gato conmigo.
¡Yin Yang! Menuda cabeza la mía…
-Es… verdad. Está bien, gracias Susan. Iré a recogerlo hoy por la tarde.
-Muy bien. Aquí te esperaré. ¡Hasta ahora!
Y colgó. Nos veríamos ahora en el instituto. Menos mal.
Y aquí volvió a empezar mi vida normal.